Uno nunca sabe adónde lo va a llevar la vida. En mayo de 2020, me encontré en una situación desconocida de aislamiento y ansiedad. Estaba trabajando en casa a causa de la pandemia. Estar lejos de mis compañeros de trabajo, amigos, familiares e incluso de mi iglesia me estaba afectando. Desde ya, la incertidumbre que reinaba en el mundo no ayudaba.

Estaba luchando contra la ansiedad y una profunda soledad, y necesitaba saber que Dios estaba ahí. Así que clamé pidiéndole ayuda.

Nunca fui de los que estudian la Palabra de Dios. Aunque a los 7 años le pedí a Jesús que fuera mi Salvador, no tenía una relación personal con Él ni había intentado llegar a conocerlo a través de Su Palabra. De pronto me di cuenta de que era hora de dejar de repetirme que la Biblia era demasiado difícil de entender.

Sabía que necesitaba acercarme a Dios, así que me comprometí a estudiar Su Palabra todos los días. Decidida, dejé de lado las cosas que siempre me distraían: el iPad, el teléfono, los mensajes, todo. Era hora de concentrarme en construir mi relación con Dios. Necesitaba tiempo a solas con Dios de verdad.

Pronto me di cuenta de que cuanto más tiempo le reservaba a Él, me empezaba a sentir más llena de vida y menos sola. Entregarle mis preocupaciones me ayudó a estabilizar mis emociones. El Espíritu de Dios me revelaba nuevas verdades cada día.

Hacía 41 años que era creyente, pero todo lo que tenía para demostrarlo era mi asistencia fiel a la iglesia. Nunca me detuve a pensar qué quería Dios que yo fuera o hiciera. Había vivido mi vida para mí misma. Qué vergüenza que necesité una pandemia mundial para sacarme de mi conformismo espiritual. Le pedí perdón al Señor.

Con una nueva hambre de Biblia y el descubrimiento renovado de la bondad de Dios, creció mi fe. Y encontré una resolución que no tenía. “Señor”, oré, “busca dentro de mí y elimina las distracciones que impiden que cumpla Tus designios para mi vida. Aleja los obstáculos que disminuyen mi capacidad de cumplir el propósito que tienes para mí. Señor, muéstrame el camino que deseas que siga. Quiero glorificarte. Amén”.

Dicen que hay que tener cuidado con lo que se pide al orar.

Hacía poco que había descubierto a Kristi Overton Johnson en las redes sociales y sus publicaciones me animaron y ayudaron a aprender más sobre Dios. También me enteré de esta revista y cómo repercute en las cárceles. Sentí que Dios me llevaba a comunicarme con el ministerio y preguntar si podía ofrecerme como voluntaria.

No tenía idea de qué podía hacer para colaborar en su misión de llevar esperanza a las personas privadas de su libertad, pero sabía que era donde Dios quería que fuera útil. Me invitaron a participar en un evento de comunicación llamado Brille y Escriba en una iglesia local. Victorious Living recibe miles de cartas de personas encarceladas y en ese evento respondí varias en nombre del ministerio.

La idea de escribir a presidiarios estaba totalmente fuera de mi zona de confort. Nunca había conocido a alguien que estuviera entre rejas, pero desde el momento en que escribí mi primera carta, me encantó el concepto de compartir el amor de Dios con otros por esa vía.

El día después del evento, me puse en contacto con Linda Cubbedge-Smith, Directora de Comunicaciones de VL, para preguntarle si podía seguir escribiendo. Me envió varias cartas que esperaban respuesta. Cuanto más leía y respondía, más crecía dentro de mí el amor de Dios por quienes están en la cárcel.

Realicé algunas otras tareas como voluntaria en Victorious Living durante los meses siguientes, pero entonces la Sra. Linda anunció su retiro y Kristi me ofreció el puesto de directora. ¡Me llevó como un segundo aceptar la invitación! La Sra. Linda me pasó oficialmente la batuta el 1.° de julio y me sentí muy honrada y entusiasmada al aceptarla.

Cuando se compromete a acercarse a Dios, Él se acercará a usted (Santiago 4:8), y Él lo guiará hacia lugares que nunca imaginó, donde encontrará incontables bendiciones. Él tiene un plan…¡y es bueno!

CARLA OWENS ama al Señor y busca a diario llegar a conocerlo más íntimamente. Es la nueva directora del Equipo de Comunicación con las cárceles de Victorious Living.

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Dios usó la COVID para guiar a Carla a un puesto en el equipo de Victorious Living.
De izquierda a derecha: Kristi Overton Johnson, Cristina Kimbrel, Pat Avery y Carla Owens.